De alcalde a sacerdote, vivió la persecución cristera y conceptúo el Prodigio de Ocotlán.
El Padre Margarito Ortega Valdez nació el 22 de febrero de 1896 en La Laborcilla perteneciente al municipio de Totatiche, Jalisco. Sus padres fueron don Manuel Ortega Camacho y doña Micaela Valdés, quienes vivieron en una profunda vida cristiana.
Desde pequeño figuraba su protagonismo que incluso a sus 14 años de edad le toco presidir un mensaje de bienvenida al Sr. Arzobispo José de Jesús Ortiz en su visita pastoral a Totatiche. Más tarde, a sus 22 años fue designado como Presidente Municipal de la misma población, en donde dejo un gran legado de obras sociales que realizó tanto en la cabecera como en las rancherías, junto a su amigo el Sr. Cura Cristóbal Magallanes.
Posterior al cargo que ocupo de alcalde en el que busco el bien común de los habitantes, decide ingresar al Seminario, recién inaugurado por el Cura Magallanes, aquí confirmo sus estudios de filosofía y teología. En Totatiche entrelazo amistad con varios sacerdotes, como el entonces Padre José Garibi Ribera, el Padre Severo Flores, entre otros. Al poco tiempo de abrir el seminario de Totatiche tuvo que clausurarse por los conflictos religiosos de finales de los años 20’s. El entonces seminarista Margarito colaboró con la continuidad bajo el clandestinaje del seminario y así siguieron con la formación de otras vocaciones al sacerdocio. Durante los movimientos armados de la cristiada el Sr. Cura Cristóbal y el Padre Agustín Caloca, párroco y vicario respectivamente se encontraban escondidos, preocupados por las represalias del Gobierno. El hoy San Cristóbal Magallanes le enviaba cartas al joven seminarista Margarito: “Mi vida desde hace cuatro meses ha sido andar por cerros y barrancas, huyendo de la persecución gratuita de nuestros enemigos y de los rebeldes entre quienes juzga el gobierno que andamos nomás porque nos ha tocado vivir en la región de los alzados, sin embargo, miles y miles de habitantes de estos pueblos que nos conocen desde hace muchos años saben que somos inocentes y nos calumnias infamemente”. Los Padres Cristóbal y Agustín fueron fusilados el 21 de mayo de 1927.
Años más tarde fue ordenado sacerdote, el primer destino sacerdotal del Padre Margarito fue como formador del Seminario de Totatiche, después fue nombrado rector del Seminario de San Juan de los Lagos.
En 1939 fue designado párroco de Ocotlán por el Sr. Arzobispo José Garibi Rivera: “Don Margarito Ortega, teniendo usted la confianza de esta Sagrada Mitra por el celo que le anima para procurar la gloria y el bien de las almas, por el presente le nombro párroco inamovible de Ocotlán, parroquia que está vacante por el fallecimiento del Sr. Cura Francisco Sígala”.
A su llegada a Ocotlán continuo con la edificación del Santuario de Guadalupe, logrando la construcción de las bardas a una altura de más de cuatro metros. Fue principal promotor de la devoción al Señor de la Misericordia de Ocotlán, anfitrión y organizador de las fiestas del Primer Centenario de la aparición del Señor de la Misericordia, escribió un catecismo y un libro titulado “El Prodigio de Ocotlán” nombre que trascendió los años y hoy se ha convertido en el principal referente a este gran milagro. En los mismos festejos del centenario el Padre Margarito dirigió la elaboración de los Murales que se encuentran al interior del templo parroquial y que hacen alusión al Prodigio.
A finales de 1947 fue nombrado Sacristán Mayor y Prebendado de la Catedral Metropolitana de Guadalajara, más tarde Canónigo del Cabildo Metropolitano en donde paso sus últimos años de vida, impulsando y colaborando en la canonización de su Padre espiritual San Cristóbal Magallanes. Fue llamado a la casa del Padre el 28 de Julio de 1978. Descanse en paz.
Fuente: Libros de gobierno de la parroquia.
Sistema Informativo del Prodigio de Ocotlán
